Miel Negra (Colección Pippa Passes, 2025) | Sophia Mata

Sophia S. Mata, nacida en 1995, es una poeta mexicana que ha dedicado su vida al estudio de la creación literaria. A lo largo de su formación autodidacta, complementada por diversos talleres, se ha adentrado en el vasto universo de lo poético. Su obra se caracteriza por una profunda reflexión sobre lo siniestro y su papel dentro del erotismo, la muerte, el duelo, las adicciones y la enfermedad mental. En sus textos auto ficticios aborda estos temas con un estilo desafiante que confronta al lector a través de un diálogo íntimo entre la belleza y la oscuridad de la experiencia humana.

 

 

 

JULIA

 

*

 
Julia está adherida a la cama,
las manos enterradas en su vientre.

Lo ha visto durante un tiempo,
iluminado por las veladoras,
cambiar del color carne al rojo,
a través del amarillo,
hasta tornarse casi
negro.

Un biombo hace las veces de cabecera,
suenan sus campanas y los cristos de los rosarios
al azotar.

A Julia se le deshizo la carne
tras apenas acariciarla
al revisar si pateaban
dentro.

Tan pronto aterrizaron sus yemas sobre la piel,
ésta se llenó de llagas.
Los dedos hurgaron un hoyo en el centro.

Los estás matando, Julia,
murmura para sí desde hace horas, sin detenerse.

 

*

 
Jorge, escúchame, le ruega Julia a su esposo.

Pinche vieja, cómo eres necia, en serio.
Toda la chingada noche chillando por tus pesadillas,
por maldiciones de no sé qué.

Van a nacer malditos, insiste.

Pareces disco roto, Julia,
en un ciclo nomás.
¿Y qué chingados quieres hacer?
Estás a un par de meses del parto.
Si te los sacan, se mueren todos.

La música de fondo es una melodía.
En los oídos de Julia,
se estrecha hasta volverse línea,
sordera.

Sale del auto, los pierde de vista.
Cree que Jorge no vendrá,
será flojo y continuará el camino,
no la buscará para seguir tirándola de a loca,
habrá algo parecido al silencio.

Julia piensa aquí e imagina.
El camión tiene los frenos atrofiados,
el conductor viene a medio sedar.
Tiene ella la esbeltez suficiente
para deshacerse, rodar vientre abajo,
terminar, junto con sus gemelos,
estampada.

Jorge la toma del brazo,
tira de ella hasta la acera y la agita.

Estás de la chingada, Julita, estás de la chingada.

 

*

 
La casa que Julia comparte con Jorge
–y los fetos no deseados–
tiene un jardín amplio.

Jorge mira por la ventana,
perros muertos de hambre,
habría de exterminarlos, Julia.

Ella camina descalza sobre el pasto.

Piensa en decir no, idiota, lo que necesitan es carne;
ojalá un día de estos se traguen tu rostro,
jeta de crueldad.

Los ciempiés allí abundantes no la hieren.
Uno escala por su pierna derecha.
Julia se hinca lentamente,
se recuesta sobre el pasto
y levanta su vestido/le abre paso al insecto.

Se desvía. Huye, se pierde entre las hierbas.

Ni las alimañas quieren entrar aquí.

Jorge ríe al fondo.

¿Preparas café?
Julia va a la cocina,
enciende la estufa, calienta el agua,
labra un silencio, vierte
avena/leche/canela en la olla.

Toma un cuchillo, el más grande del marido,
el favorito por vistoso, bélico,
y lo encaja en su vientre
para encontrarlo tan hinchado como antes.

Suspira. Lo intenta ahora desde el ombligo,
el final del vello púbico hasta el vacío en su esternón.
Fracasa.

Jorge quiebra el silencio labrado por Julia
con un grito
y le arrebata el cuchillo de las manos.

¡Estás de la chingada, pinche Julia,
pinche vieja loca, estás de la chingada, en serio!

Estalla su puño dos veces contra la pared,
abre una hendidura que lo abraza como molde,
entierra el arma en el primer hueco de tierra vacía que
encuentra,
guarda sus pertenencias más valiosas y
sale de la casa para huir:

mejor ser tragado por los perros que pasar una noche más
con esta pinche loca.

 

 

 


SOPHIA MATA
Miel Negra
Buenos Aires Poetry, 2025
72 pp.; 13,34 cm x 20,32 cm.
ISBN 978-631-6688-16-3
Poesía Mexicana.