Miembro del grupo de poetas objetivistas, George Oppen (1908-1984) nació en un rica familia judía en New Rochelle, al norte de la ciudad de Nueva York. Su madre se suicidó cuando el pequeño George tenía cuatro años y su padre volvió a casarse poco después con una mujer con la que su hijo no tuvo una buena relación, dos hechos que cambiaron el rumbo de su vida y le dejaron un terrible trauma.
En 1926 ingresó en una universidad en Oregon y conoció a su futura mujer. Juntos recorrieron el país haciendo dedo y trabajando en lo que surgiese. Oppen comenzó a escribir poesía y en 1929, al llegar a Nueva York, entró en contacto con Louis Zukofsky y Charles Reznikoff, con quienes fundaría el grupo objetivista, influenciados por Ezra Pound y William Carlos Williams.
Sin embargo, su activismo político lo llevó poco después a abandonar la literatura y sumarse al Partido Comunista. La llegada de la Segunda Guerra Mundial cambió su vida nuevamente. Combatió en Europa, fue herido y condecorado. Al regresar, partió a México para escapar del macartismo.
Volvió a Estados Unidos en 1958, retomó con la poesía y se reencontró con sus viejos amigos objetivistas. En 1969 obtuvo el Premio Pulitzer por el poemario Of Being Numerous.
Enfermo de Alzheimer, Oppen falleció a los 76 años en California.
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Estacionamos en los campos
Toda la noche
Hace tantos años,
Vimos
Un lago a nuestro lado
Cuando se alzó la luna.
Recuerdo
Dejar aquel antiguo auto
Juntos. Recuerdo
Estar de pie en la blanca hierba
a su lado. Tanteamos
Nuestro camino juntos
Cuesta abajo en la brillante
Increíble luz
Comenzando a preguntarnos
Si se trataba de un lago
O niebla
Vimos, nuestras cabezas
Resonando bajo las estrellas. Caminamos
Hacia donde nuestros pies se habrían mojado
si hubiese sido agua.
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Ah, ésos son los pobres,
Ésos son los pobres—
Bergen Street.
Humillación,
Adversidad…
No es que sean muy buenos entre ellos;
No es eso. Quiero
El final de la pobreza
Tanto como todos
En nombre de la inteligencia,
‘La conquista de la existencia’—
Se ha dicho, y es cierto—
Y esto es verdadero dolor.
Más aún. Es terrible ver a los niños
Las honradas pequeñas;
Tan buenas, esperan ser tan buenas…
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Parked in the fields
All night
So many years ago,
We saw
A lake beside us
When the moon rose.
I remember
Leaving that ancient car
Together. I remember
Standing in the white grass
Beside it. We grope
Our way together
Down-hill in the bright
Incredible light
Beginning to wonder
Whether it could be lake
Or fog
We saw, our heads
Ringing under the stars. We walked
To where it would have wet our feet
Had it been water.
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Ah these are the poor,
These are the poor-
Bergen Street.
Humiliation,
Hardship…
Nor are they very good to each other;
It is not that. I want
An end of poverty
As much as anyone
For the sake of intelligence,
‘The conquest of existence’—
It has been said, and is true—
And this is real pain.
Moreover. It is terrible to see the children
The righteous little girls;
So good, they expect to be so good…
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Extraído de George OPPEN, Revista Poetry, Mayo 1964 | Traducción de Rodrigo Arriagada Zubieta