Esteban C. Gagliardi nació en Santiago de Chile el 8 de diciembre de 1994. Es Licenciado en Filosofía (Universidad de Chile) y aprendiz musical. Aunque su comienzo en la poesía fue a temprana edad, ha realizado también diversos trabajos en el campo de la filosofía: “Consideraciones sobre la noción de experiencia en Bacon y Kant”, “¿Es la noción de conocimiento hegeliana una disrupción en la isostenia escéptica?”, “Aproximaciones para una interpretación de la experiencia sonora”, entre otros. En paralelo, ha participado en proyectos musicales de distintas vertientes, y ahora prepara una obra para ensamble de cámara.
A un joven teísta
Una araña blanca atraviesa el rosario de un joven
y, cuando llega a sus manos, dice:
Ruedas perdidas,
fragmentos de templo.
La mano del arcángel,
un caracol sobre el dedo.
Por largos siglos el tronido de campos y naciones
extendiendo sus arbustos de hojas trizadas.
Saluda, en la pelvis de tus ancestros,
la incógnita frondosa.
Y cuando la araña se marcha, a través del rosario,
divertida aún en sus extraños colores,
deposita un huevo entre uno de sus alambres.
Afuera el rumor de pastizales
Mi maestro eligió la quietud
–a él acoge la razón de un sentir
claro e inmenso–
y caracoles ríen sobre sus hombros.
Pero heme aquí, yo cogí la arcilla
y hundí mi trazo sobre su aspereza.
He troceado, una por una, las hojas
de ignotas visiones -ellas jugaban en ronda
(afuera el rumor de pastizales
nos invita, flameantes, a la par del ciervo).
Antaño, mientras cogía
terrones de arena y los tiraba al mar,
un golpe de dados invisibles
caían como chispas risadas,
y un ciprés andino abandonaba mi pecho…
La noche del 4 de mayo
Una extraña geometría cubrió el cielo de blanco.
Se escindió un péndulo al caer al mar.
Y medimos la luz sin saber aún qué era;
en torno a la fuente, donde se arremolinan los ojos.
Los bramidos
Tracé figuras sobre la cueva parda.
Un ovíparo esperaba entre los juncos.
Con él cabalgué sobre la llama humana
que se yergue sobre los campos de luz incesante
hasta las ciudades: y me impuse zafar el algoritmo
que colabora en mi impresión de una sobrecarga de estímulos.
Y cuando bailaba sobre las barreras que separan las carreteras
los automóviles sonreían con eléctrico desprecio.
Entonces pensé en no disociarme de las máquinas
y mis brazos parecían dos prismas de nervios.
Y cuando consultaba al pasado, en busca de carne y voz
un aire estridente entraba por mis orejas.
Y cuando preguntaba a mi padre y mi madre sobre los signos
sus lenguas se perdían entre sus dientes.
Entonces volví mi vista a los senderos
que redimían a metrólogos y profetas
–y cada hoja de sus bocas se erguía, y caía una tela
transparente que flotaba sobre el agua
como un cristal oscilante–
Ya han labrado los muros: brazo de piedra.
Cuando me acerqué a los conceptos, uno por uno
y la tibia humedad cubrió mis pies descalzos,
sus figuras se eclipsaron persiguiendo a la hoja
que más allá flotaba, hacia el jardín
donde tu sueño y el mío esculpieron el cuerpo
humano: una promesa o perdición
lanzada en rostro de bramido
al seno de la órbita solar.
APARICIONES
Buenos Aires Poetry, 2023
46 pp.; 15.24 x 22.86 cm
ISBN 978-987-8470-53-5
Poesía Chilena
