Aldo Barucq (Aguascalientes, 1994) es un poeta y escritor mexicano, licenciado en Filosofía por la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Docente de Filosofía y Literatura. Becario PECDA Aguascalientes en la categoría de Novela, 2021. Autor de la novela Gang Bang por Crisálida Ediciones, SLP 2020. Becario Interfaz Los signos en rotación, GTO 2018. Integrante del Primer y Segundo Encuentro de Narradores de Aguascalientes. Premio Interuniversitario de Cuento Felipe González San José, 2017. Premio Estatal de Ensayo José Guadalupe Posada, INJUVA, 2016. Ha publicado cuento, ensayo y poesía en revistas y antologías como Fósforo, Tierra Baldía, Poetómanos, Pirocromo, Los demonios y los días, Aquí continúa la sangre, Tropa, Revuelta y Ley, Página Salmón, Revista Palabrerías, Granuja, Golfa, entre otras.
I.
Hacemos promesas para sentirnos más allá del tiempo.
La muerte no es punto final para los que prometieron
volver cada noche en los crujidos de la casa vieja,
en las cosas que cambian de sitio
sin rastro, sin señas de vida.
Eso explica la existencia de los fantasmas. El llanto de los fantasmas.
Hacemos promesas para vivir en corazón ajeno, huéspedes, parásitos.
Te prometo que volveré, madre.
Algún día.
Primero Dios, hijo.
II.
Madre, no te culpo por creer que el sol saldrá mañana.
No te culpo si todavía crees en el Futuro.
Dices que todo tiempo pasado fue mejor,
que mañana, Primero Dios,
vendrá Su dedo a juzgar a vivos y muertos.
Dices que nosotros somos los buenos y que el paraíso nos aguarda.
Dices que la vecina de enfrente arderá en el comal del diablo
por no barrer su banqueta, su parte del paraíso.
Despiértame cuando venga El juicio final, madre
cuando el Futuro divida a los hombres y los mares,
a los ángeles y los demonios.
Que Dios me despierte cuando llegue el momento. El Futuro.
El rito a lo que no somos. Consuelo del mañana.
Quimera del tiempo.
Hablamos con Dios como hablamos con el Futuro
para que nos haga mejores personas,
más apuestos, con más dinero, con un auto del año por venir.
Y dices: Dios proveerá.
Lo que no tenemos, lo que no somos.
Lo que tenemos pero ignoramos.
También el Futuro se acaba. Hay niños que ya no sueñan con ser grandes.
Hay niños que odian ir a la escuela para ser los héroes del mañana.
Los adultos les dijeron que “el mañana” será atroz:
se acabará el agua,
la capa de ozono desaparecerá,
vendrá el calentamiento global,
los rayos UltraVioleta, el CO2.
El Futuro es un monstruo debajo de la cama que viene por ti.
Los adultos dicen que no es momento para comprar juguetes
porque mañana habrá una crisis
y hay que ahorrar y hay que esperar lo peor
y cierra la puerta con candado porque ya viene el día de mañana.
III.
El Futuro como una catedral apunta al cielo,
piedra sobre piedra enhiesta.
Si no encontramos nuevas formas de ascender al cielo,
además de apelmazar roca sobre roca,
pronto, las catedrales buscarán un pesebre para dormir cual inválidos con la
|fe amputada.
Por más que las catedrales se estiran no tocan el cielo.
Tendrán que arder en llamas, subir con la humareda
y abrir un hueco en la capa de ozono
por donde se cuelen
los demonios del Juicio final, los rayos UV.
Tenemos brazos tan cortos, madre, como las torres de una catedral
cuando un abrazo no alcanza a decir todo el amor guardado. Ni toda la
|ausencia. Para llegar al Futuro,
para ver el rostro de Dios y contárselo
a los niños del mañana, nos falta vida, tiempo.
MICROQUIMERISMO
Buenos Aires Poetry, 2023 96 p.;
15.24 x 22.86 cm
ISBN 978-987-8470-63-4
Poesía Mexicana
