Natalia Sola nació en Zaragoza (España) y desde pequeña se sintió atraída por las artes escénicas, la literatura o el cine. Estudió en la Escuela de Bellas Artes de Zaragoza y se licenció en Historia del Arte por la Universidad de la misma ciudad. En el año 2012, se traslada a Madrid para continuar su formación. Allí estudia el máster en Teatro y Artes Escénicas de la Universidad Complutense y se forma en arte dramático, en diferentes disciplinas de artes escénicas y en trabajo corporal, enfocando su trayectoria profesional en teatro físico y creación escénica. Colabora en el proyecto colectivo Letras & Poesía con el que ha publicado algunos de sus poemas y relatos. En noviembre de 2023, publica su primer poemario Intervalos de fragilidad (Delecé Ediciones).

  

  

EN LA CIUDAD

La ciudad apresurada
es oscura
la luz también está
en las llanuras
en las nevadas montañas.

Deseo escalar a lo más alto
pero solo tengo un cuerpo
con sus delicadas manos
manos hechas de cristal
de cristal fino
                          —palabras de mi madre—.

Y atardece en la ciudad apresurada.

Cae el sol anaranjado, extasiado.
La ternura me visita
y los recuerdos vivaces
nutren mis afectos.

  

AMANECER

Son lirios rojos
tulipanes abriéndose camino
una melodía en mi piel calienta
el corazón.

Verde verde ¡verde!
Verte verte ¡verte!
Quiero quiero ¡quiero!

Alegre ando
y ahora deseo el DESEO
                          Oh, mi amor.

En este amanecer dorado.

  

UNA SONRISA EN LA NOCHE

Camino desandando mis pasos
giro la esquina
y el rascacielos se me viene encima
es solo una ilusión.

Una hora antes el whisky por mi garganta.

En los grisáceos callejones
con sus rascacielos elevados al cielo
la media luna asoma distante, desafiante.

Y las ventanas están abiertas
es noche cálida de verano.

Un hombre baila a ritmo de swing
veo destellos de su cuerpo ebrio
en aquella lúgubre habitación.

Siento miedo de que amanezca
miedo del ruido
                     la gente
                           la rutina
                                 el caos, me gusta.

Camino y mis pies destilan alegría
silbo una canción que nadie conoce
y enciendo un cigarrillo nocturno.

Me siento como toro negro
perdido
en una blanca montaña
durante un frío invierno.

Y, de pronto, una sonrisa en la noche.

   

  

  

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