Javier Tinajero R. (Ciudad de México, 1982). Estudió Artes Visuales, Filosofía, Lengua y Literatura. Es profesor de Escritura Creativa. Ha publicado los poemarios Párpados y pájaros (Amarcafé, 2014), Poemas para encontrar el tiempo en una tarde de viernes (Ediciones My amigo Tyler, 2015), El tiempo rueda (Wiser Edu cation, 2016) y I Am the River (Wiser Education, 2017).
Autorretrato con señas
Digo de mí lo que no dicen mis manos
lo que han apretado siempre con anhelo
la escasa suerte que he dejado ir
digo de mí lo que no dicen mis pies
lo que han evitado por tener miedo
las pocas veces que he bailado sin pensar
digo de mí lo que no dicen mis fracasos
lo que han ocultado mis papeles
las mentiras que he atado a la verdad
digo de mí lo que no dicen mis palabras
mañas, señas, hallazgos con la boca abierta
la sombra amorosa de lo que quise ser
digo de mí lo que no dice mi rostro
lo duro que ha sido vivir silenciado
el mismo paisaje en donde partí:
Aquí está mi otra cara.
La que nadie ve.
Encierro
(20 de abril, 2020)
La soledad observa desde la ventana. El silencio cocina todo el tiempo. Los días saben a espera. El instante camina hacia dentro y nos consume en un incendio que no es tristeza, en una oscuridad que no es de noche: ¿Dónde quedó la vida que soñábamos? ¿Qué absurdo nos abrazó sin preguntarnos?
No hay primavera sin invierno.
No hay amor sin despedida.
Afuera crece un árbol.
El viejo sueño de Mallarmé
Para Ricci
Llegar real al texto, acabar en una hoja de papel. Flores violetas. Un closet. El tinto de verano. Esto es el calor del mundo. La escritura, un camino hacia uno mismo. Mas la retórica del viaje se cansa muy pronto. Las palabras, esas viejas rodillas, se gastan con los años. Hay que subir el empedrado y asumir en la cojera nuevos horizontes. Y si no, inventar otras formas de destino, otras geografías en el aire. Porque para aprender a usar las manos como un par de brújulas y sacar las nubes del mapa, se necesita beber del fermento de las voces y su tinta seca:
Todo es memoria extendida sobre la piel,
plegada en verso
como plegaria insular.
Pero sin extravío, la teoría del viaje es incompleta. Extraña paradoja. Sin la experiencia, la poesía sufre indigencia, pierde el fuego del sentido, su integridad de callejón. Por eso la importancia del arrebato, del trance, esa levadura de escribir camino a casa, en el metro, en un estornudo, con la tristeza encharcada, en total oscuridad. El poema, quintaesencia del sueño, presta otros ojos, así como la prosa, en contrapartida, capta el aroma del tiempo, elástico como la luz o brillante como un pensamiento reflejándose en las aguas de un río de temperatura tibia. De ahí que los versos, esas selvas de la noche, se saturen de conversaciones, de otros aromas, de recuerdos y caricias de hojarasca en la espalda. Solo entonces el rumor del río dejará de ser el mismo, lo que se escribe es fracaso: un arroyo violento de amores trazados en el bochorno del despertar, otra vez, solos.
Defectos nutritivos
Buenos Aires Poetry, 2023
88 p.; 15.24 x 22.86 cm
ISBN 9878470563
Poesía Mexicana