Cristián Leontic (Santiago, Chile, 1972) es un poeta y narrador chileno. Estudió Licenciatura en Ciencias Jurídicas y Sociales y una maestría en Derecho y Humanidades. En poesía, ha publicado los libros ruta vertical (Ril editores, 2003) y el codo del dibujante (Editorial Cuarto Propio, 2013). Este último seleccionado en el Programa de Adquisición de libros de autores chilenos para bibliotecas públicas (2014). En narrativa, ha publicado Los equilibristas. Pequeño inventario de hombres en extinción (2022, Ediciones Bastante). Paseo para maratonistas es su tercer libro de poesía.
La carga de la luz
a J. Berryman
No la vida, la poesía es aburrida, John.
Los libros, el cine, la pintura, toda esa mentira.
El amor te borra y sacude,
aturde lo mismo que el odio,
y la guerra es tedio y delirio,
aunque allí se aprende rápido.
Después de todo, las estrellas, los arrecifes y acantilados,
el crujido de los glaciares,
el equilibrio del flamenco,
los magníficos cuernos del alce,
el hilo reluciente que deja el caracol entre dos hojas,
todo eso es aburrido,
al menos tras contemplarlos por un rato.
Escuchar a ciertas aves,
incluso el jilguero,
aburre hasta el cansancio,
tanto como el chasquido de las cerraduras
o el zumbido de la máquina de afeitar.
El gran esfuerzo es el peor de los fastidios.
Ni qué decir la familia, el trabajo,
desgastan como el alcohol y el tabaco.
La música no aburre, porque es el canto
de las piedras, que nunca han estado vivas.
Pero todo está aquí,
y este mundo infernal no podría ser mejor.
Y Bueno, debemos trabajar & soñar.
A veces me parece que otros lo hacen peor que yo.
Escribo poesía, John,
veo el filo del hacha por todas partes,
y ni por mis hijos he gastado tanta migaja y desvelo.
Soy un hombre pequeño.
Y reímos y lloramos y nos ahogamos.
Lo que dijo el jardinero
Basta de poemas y mejor búscate un trabajo.
No los publiques.
No gastes papel, págate tus cosas.
Quítate esa carga, ese fulgor.
Si entiendes un poema tendrás problemas.
No es necesario.
Piénsalo bien:
cuando solo, en una noche despejada,
sin fuerzas después de un día atareado,
te instales en el jardín
a mirar el cielo
y en la estela fina de una estrella
que atraviesa el firmamento
ves ahí también el hilo
reluciente
que deja el caracol entre dos hojas,
eso es poesía.
Inestabilidad de Kelvin-Helmholtz
El invierno es para los atentos.
Roce de tímpano y canilla.
Encierro.
Tensión arterial.
Melancolía o peso de nube.
El más preciso peso y ajuste de la sangre.
Pero los desaguisados del frío y el tráfico,
la agitación por la morada de verano,
los estornudos,
los golpes de rutina y granizo,
los cielos encapotados,
la lluvia,
la nieve,
la noche demasiado estrellada.
Paseo para maratonistas
Nadie se ha muerto porque el cielo le caiga encima.
Sin miedo, entonces, pon tus ojos en un telescopio
y zambúllete en esa inmensidad.
Dejarás, en parte,
de estar en un cuerpo, de pertenecer a este lugar.
Existirás en un espacio distinto,
sin peso, gobernado por el silencio,
donde la vida humana no tiene significado.
Comprenderás que todo lo cercano
está demasiado lejos a la vez,
pero en una zona anterior a la sangre
en la que habitan otras preguntas.
No te distraigas,
sumérgete,
bucea y retiene todo lo que percibas,
todo lo que veas,
en ese banquete celestial.
Captarás que esa tumba y espejo
que todavía se burla y expande
tiene otra melodía, otra cadencia.
Perplejo, si haces caso,
probablemente salgas a caminar.
paseo para maratonistas
Buenos Aires Poetry, 2023
90 p.; 15.24 x 22.86 cm
ISBN 9789878470603
Poesía Chile
