Lorine Niedecker por Gilbert Sorrentino

 

My Friend Tree

Estos poemas son breves registros del fracaso en el mundo que los rodea y en el que existen como marcadores brillantes. Son claros, duros, y sin sentimentalismo, pueden adoptar una forma clásica, existen en «la luz del día ordinario», como dice Hume. Niedecker posee el genuino genio poético y la pericia para hablar con calma y verdad sobre cosas absolutas y reales, y para hacer que las palabras de ese discurso brillen con una cualidad que solo puedo llamar irrevocable; una vez que ha dicho algo, no hay espacio para añadir una posdata. Lo que expresa toca profundamente cualquier corazón: me hace sentir como Snooks Eaglin en su grabación de Folkways. Así de fluidos y verdaderos son sus registros. Registros del fracaso: sin autocompasión.
Una de las cosas más difíciles para un escritor es hablar con claridad de sus propios fracasos sin lloriquear sobre ellos ni convertirlos en algo “heroico” o romántico. Por otro lado, existe el peligro de hablar tan crudamente, tan simplemente, que el patetismo y la conmoción de esos fracasos no logren comunicarse al lector. Cuando se alcanza el equilibrio, obtenemos una poesía notable, como en Catulo y Emily Dickinson. En nuestro tiempo, tenemos a Zukofsky y Edward Dorn, entre otros. La cualidad parece ser la capacidad de decir algo directamente y luego dejarlo estar. Williams, por supuesto, lo ha hecho durante años. La señorita Niedecker lo hace constantemente. Es una poesía hermosa.

Black Hawk held: In reason
land cannot be sold,
only things to be carried away
and I am old.

[Halcón Negro dijo: naturalmente
la
tierra no puede venderse,
solo las cosas que pueden llevarse

y yo estoy viejo.]


*

Remember my little granite pail?
The handle of it was blue.
Think what’s got away in my life!
Was enough to carry me thru
.


[¿Recuerdas mi pequeño balde de granito?

El mango era azul.
¡Piensa en todo lo que se ha escapado de mi vida!
Fue suficiente para sostenerme.]


*

He built four houses
to keep his life.
Three got away
before he was old.

He wonders now
rocking his chair
should he have built
A boat

dipping, dipping
and sitting so.


[Construyó cuatro casas

para salvar su vida.
Tres se escaparon
antes de llegar a viejo.


Ahora se pregunta,

meciéndose en su silla,

si debió haber construido

un bote


sumergiéndose, sumergiéndose
y quedándose quieto.]

*

I’ve wasted my whole life in water
my man’s got nothing but leaky boats
my daughter, writer, sits and floats.

[He malgastado mi vida en el agua,
mi hombre no tiene más que botes agujerados,
mi hija, escritora, se sienta y flota.]

 

[Reseña publicada en Kulchur, 1962]

 

Achicoria Azul

Lorine Niedecker, de quien un artista de la talla de Basil Bunting dijo: «Nadie es tan sutil con tan pocas palabras», y que está cuidadosamente representada en el vergonzosamente descatalogado A Test of Poetry de Louis Zukofsky, en un grupo que incluye a Keats y Shakespeare, murió en la víspera de Año Nuevo de 1970, a los sesenta y siete años, en Madison, Wisconsin, no lejos de Fort Atkinson, donde había vivido la mayor parte de su vida. Su partida pasó en gran medida desapercibida, excepto para su familia, amigos, y un puñado de poetas que valoraban la claridad y precisión de su exquisito verso.
Es difícil pensar en un contemporáneo con quien comparar a la señorita Niedecker. La cualidad escueta y armoniosa de su obra recuerda a Safo, a la poetisa anónima de la Antología Griega que escribió el hermoso y frágil «La luna se ha puesto / y las Pléyades», y a Sulpicia, la poetisa romana del siglo I a.C. que nos llega en seis breves elegías de una gracia llana e inigualable. El inglés de Niedecker tiene la brevedad y condensación del verso clásico, su sintaxis cuidadosamente equilibrada de un modo que solo suele ser posible en lenguas altamente flexionadas. Ella misma llamó a sus métodos compositivos una «condensadora».
Estos métodos eran minuciosos y en constante proceso, y no produjeron una obra prolífica. Calculo que en treinta años escribió un promedio de menos de diez poemas al año. Sus primeros versos aparecieron alrededor de 1935, y su primer libro, New Goose, en 1946. Le siguió My Friend Tree en 1961, T & G: The Collected Poems 1936–1966 en 1969, y My Life by Water: Collected Poems 1936–1968 en 1970. Blue Chicory, entonces, es su quinta colección y debe servir como su última palabra hasta que se publique sus Complete Collected Poems por Jargon Society de Jonathan Williams, una vez que Robert Bertholf termine la edición final de sus papeles.
Como modelo de sus métodos poéticos, el lector puede examinar este pequeño poema sin título escrito en 1935. La sutileza de los cortes de línea que dan al poema su profundidad de claridad, así como su ambigüedad, es notable, algo que solo logran los mejores poetas. También se ve que tanto la claridad como la ambigüedad son cuestiones de cómo se maneja el medio, no de significado o interpretación.

There’s a better shine
on the pendulum
than is on my hair
and many times

I’ve seen it there.

[Hay un brillo mejor

en el péndulo

que en mi cabello

y muchas veces

lo he visto ahí.]

Si el poema terminara en el tercer verso, tendríamos una imagen; en el cuarto, una imagen con brillo. La pausa, que funciona como un quinto verso sin palabras, y la afirmación llana del sexto verso llevan el poema a otro plano: «y muchas veces», situado así, hace que el poema gire perfectamente en cada una de tres lecturas, todas coherentes y absolutas.
Blue Chicory revela estos métodos aún en operación, usados, si es posible, con aún más precisión. El último poema de la primera sección del libro tiene solo un verbo; aparece como la última palabra del poema y funciona así como la energía que le da su razón de ser. Todas las demás palabras esperan al verbo para explicarse:

Your erudition
the elegant flower
of which

my blue chicory
at scrub end
of campus ditch

illuminates

[Tu erudición

la elegante flor
de la cual

mi achicoria azul
en el fondo

del foso del campus

ilumina]

—y cuando el verbo cae exactamente en su lugar, vemos que hace precisamente lo que significa. La energía que aclara el poema también lo ilumina. No hay grasa en estos poemas ni rimbombancia disfrazada de sentimiento.
A Niedecker se le prestó poca atención en vida, ninguna por parte de árbitros ignorantes o maliciosos de lo que es «mejor» en la poesía moderna. No importa mucho. Su obra está aquí, producto de una verdadera sensibilidad poética, impecable y luminosa.

 

[Artículo publicado en The New York Times Book Review, 1976]

 

 

 


Extraído de Gilbert Sorrentino, Something said: essays, North Point Press: San Francisco, 1984, pp. 87-89 | Traducción de Ignacio Oliden | Buenos Aires Poetry 2025