Yoshihara Sachiko (1932-2002) nació en Yotsuya, Tokio, la más pequeña de cuatro hermanos y entre padres lectores. Entre 1944 y 1945, la familia tuvo que abandonar la ciudad debido a los bombardeos Aliados. Cuando regresaron a Tokio luego de la guerra, Yoshihara conoció a Naka Tarō, poeta y profesor de escuela que sería su mentor desde entonces. Tras graduarse, estudió literatura francesa en la Universidad de Tokio y se graduó en 1956, sumándose desde entonces a la Gekidanshikii (Compañía Teatral Shiki). En 1958, Yoshihara se casó con Yoichi Matsu, vicedirector de Akira Kurosawa. Juntos tuvieron un hijo, pero se divorciaron en 1962. Con influencias teatrales que incluían a Jean-Paul Sartre y a Bertolt Brecht, y poéticas como Hagiwara Sakutarō y Kitahara Hakushū, Yoshihara empezó a publicar recién luego de cumplir treinta: Yōnen rentō (Ataduras a la infancia) en 1964, galardonado con el premio Murō Saisei de poesía en 1974; Natsu no haka (Tumba de verano), también en 1964; Ondīne (Ondine) en 1972 y Hirugao (Enredadera japonesa) in 1974, obras conjuntas que fueron galardonadas con el premio Takami Jun. Su estilo se caracteriza por la experimentación lingüística y sonora, a la vez que presenta imágenes vinculadas a la violencia y a la ambigüedad sexual. Fue también una pionera en las luchas feministas en Japón. Junto a Kazue Shinkawa fundó una de las más influyentes revistas de poesía para mujeres de la época, La Mer (1983-1993). Dicha afiliación, sin embargo, la circundaron de rumores diversos sobre su orientación sexual que ella nunca desmintió. Le diagnosticaron Parkinson en 1994, año en que publicó su última colección de poesía, Hakkō (Luminiscencia). Murió en 2002 de neumonía.
Confesión es Cuando terminé de confesarme la cruz.........se reflejó en tu rostro ¿Cuántas veces dije sayonara? ¿Cuántas veces dije ahora o nunca? ¿Y cuántos inútiles.........y amargos errores cometí? .........No es la primera vez .........que rompo un vidrio .........¡Tampoco la primera .........que escribo en rojo! Pasé por tantas cosas dolorosas por tantas........despedidas y todo por seguir buscando creyendo en un...principio sin final Cada vez que apuesto al ahora o nunca ofrendo mi sayonara como sacrificio y así, gradualmente mi sacrificio empezó a engordar hasta Dios engordó con él y sólo yo me volví más decrépita un tributo único y terrible.........que dejé para que vieran y contemplen tus pupilas oscuras Ah sí...otra Cruz que se refleja en tu rostro y después vas a recibir el castigo de mis crímenes vas a sentir el dolor de mis heridas –es el principio..................sin final
Poemas de Enredadera japonesa 『昼顔』| Poesía Japón | Traducción de Mat Chiappe¹ | Buenos Aires Poetry, 2020
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