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Apagados labios
que celebran puertas espirituales,
esto no es una caída, es el legado:
tus delicados jinetes en la tormenta
vienen por vos, como vendrán por nosotros,
y ustedes, aquellos extraños.
Esto no es una caída.
Es el silencioso exilio
hacia la eternidad.
Es el horizonte que se extiende,
poderosas puertas espirituales,
dentro del hombre y la naturaleza.