El “affaire” por la publicación de Les Fleurs du mal en 1857 comenzó con un artículo del diario Le Figaro del 5 de julio de ese año en el que Gustave Bourdin afirmaba que el libro “es un hospital abierto a todas las demencias del espíritu” y que “nada puede justificar” a Baudelaire por la difusión de “tales monstruosidades”. A partir de allí se lanzó la maquinaria de la censura del Estado.
El 20 de agosto seis de los poemas denunciados fueron condenados, al igual que Baudelaire a una multa de 300 francos, por atentar contra la moral pública y las buenas costumbres. El poeta reaccionó con indignación, pero luego buscó el modo de limitar los daños ocasionados a su obra, enviando una carta a la emperatriz para que interceda. La multa fue reducida a 50 francos pero Les Fleurs du mal quedaron mutiladas.
El siguiente texto son unas notas enviadas por Baudelaire a su abogado, Chaix d’Est-Ange, para preparar la audiencia decisiva ante el juez.
–
Suscríbete para tener acceso | Subscribe to get access
Lee más de este contenido suscribiéndote hoy ($12 / por año)
Read more of this content when you subscribe today ($12 / year)
–
–
