Canciones de Alejandría | Mirka Arriagada Vladilo (Colección Pippa Passes, 2021)

Mirka Arriagada Vladilo. Poeta, psiquiatra y documentalista, nacida en Antofagasta, en 1964. Estudió medicina en la Universidad de Chile en la década de 1980, donde desempeñó el rol de coordinadora cultural. Formación de Psiquiatra en Instituto Psiquiátrico Dr. José Horwitz Barack. Formación en terapia dinámica y estudios psicoanalíticos. En 1987 funda junto a otros poetas el colectivo de poesía Lilith que concluye su trabajo en 1990 con el “Primer encuentro de Poetas jóvenes Chileno- Argentino en Democracia”. Participa en los talleres literarios de Cecilia Casanova y de Manuel Silva-Acevedo. En 1991 organiza junto a los poetas Juan Pablo del Río y Naín Nómez “El Primer Homenaje de la ciudad de Santiago al poeta Pablo de Rokha”. Participa en los encuentros de Literaturas Emergentes. Textos suyos aparecen en varias antologías. Ha participado en diversos encuentros y lecturas poéticas. Es columnista en la revista Trauko. Libros publicados: “Lamentaciones, gemidos y ayes” (Poesía, Editorial Las Dos Fridas, de 1998), “Autobiogeografía” (Poesía, autoedición, de 2002), y “Cuando el amor se echó a morir como un perro” (Poesía, en Mago Editores, de 2014). Gran parte de su obra se mantiene inédita. Fundadora del Comando eXcultura.

I

No estoy aquí por voluntad
Ser rey me aburre

Envejezco mal bajo el peso de la corona
Traigo fatigados los ojos
simulando atender con interés
los problemas inherentes al reino
Los consejeros me abruman de funestas noticias
Ha sido un tormento soportar
el embate de la prensa que fustiga a mis parientes:

¿Qué ya no puede el rey hacerse de trofeos de caza?
¿Qué hay que pagar impuestos y presentarse en tribunales?
¿Qué la prensa rosa ha entrado a nuestra recámara?

No puedo responder por el proceder de mi familia
lo sé, bien me sé la historia de las guillotinas
me he mantenido informado
desde el fundamento de la historia universal
hasta todo chisme chimuchina chimento

Pero ya os he dicho
No estoy aquí por voluntad
Se me dio un destino inamovible
Freud, el arquéologo,
descubrió un mundo hundido en el cerebro
donde mi reino es la mezcla extraña del lujo y la ruina
donde mis poderes superan el orden visible
donde estamos más muertos que vivos
Estamos atrapados en una fortaleza arcana
cuya forma no puede expresarse
los arquitectos construyen castillos de diversos diseños
Ya ven, todo es una representación mental

Yo sólo intento sobrellevar el hastío
repetir mi papel sin comerme palabras del guión
entretenerme cuando una coma se transforma en ruiseñor
cuando alguna palabra se encabrita
y cuando me llega un silencio
como un animal extraño que me han traído del oriente

Ya os he dicho:
Ser rey me aburre
Tras el paso del tiempo comprendí
a mi pesar:
Soy el único rey que no puede abdicar

II

Vislumbro la vida en los extramuros
me empino y les veo vivir
adivino vuestras vidas descontentas

En esta quietud circundada por torreones
quiero gritaros que gocéis
No puedo explicar lo insoportable
de esta vida en laberintos
ni siquiera se puede comparar al de Creta
Aunque a veces soy un Minotauro rugiente
la mayor parte del guión
soy un infante ciego
que camina llevando un par de ojos en las manos

Jamás veréis un surco más profundo que mi ceño
Semilla que allí cae
es escupida
Otro muerto que cae entre un almácigo de muertos

De los muertos es mi reino
cada súbdito aloja un muerto en los ropajes
No podéis imaginar el horror
con que imparto mis órdenes al polvo

Me templé en la desidia
Soy un pájaro invernal sometido a la nieve

III

En la siesta del fauno mi ímpetu amoroso
remonta al paraíso de los seres andróginos
donde doy vuelo a la filosofía y las artes

Me abismo de música y colores
me creo poesía y me poso en los juglares
me lanzo a los mares
y reviento como una ola lujuriosa
hago en los tablados mis bailes gitanos
me muevo con la gracia de la vía láctea
hacendoso recojo del cosmos toda la chatarra
y caigo extenuado sobre el desierto que hago florecer

De estas, mis mejores creaciones,
injustamente recibo indiferencia
Al parecer sólo guardáis registro de mi rol tiránico

Una vez de un giro
desprendí una cúpula bizantina
la eyecté y la incrusté en la constelación de Orión
La podéis contemplar en las noches calmas

No quiero presumir
pero de todos los fragmentos visibles
que he dejado en la bóveda azul
es esa, la joya mejor lograda de mis arcas

MIRKA ARRIAGADA VLADILO
CANCIONES DE ALEJANDRÍA
Buenos Aires Poetry, 2021.
58 p.; 20×13 cm.
ISBN 978-987-8470-07-8
Poesía Chilena.