Edgardo Dobry es autor de los libros de poemas Cinética (Buenos Aires, Tierra Firme, 1999; Madrid, Dilema, 2004), El lago de los botes (Barcelona, Lumen, 2005), Cosas (Barcelona, Lumen, 2008), Pizza Margarita (México, Mangos de Hacha, 2010) y Contratiempo (Buenos Aires, Adriana Hidalgo, 2013; beneficiado con la beca Guggenheim).
También publicó Orfeo en el quiosco de diarios; ensayos sobre poesía (Buenos Aires, Adriana Hidalgo, 2007), Una profecía del pasado: Lugones y la invención del “linaje de Hércules” (Buenos Aires, FCE, 2010) y Historia universal de Don Juan; creación y vigencia de un mito moderno (Barcelona, Arpa, 2017).
Ha traducido a Pierre de Ronsard, Sandro Penna, William Carlos Williams y John Ashbery, entre otros.
Es profesor de la Universidad de Barcelona y del máster en creación literaria de la BSM.
–
–
Una descortesía de museo
Palau i Fabre, barcelonés y parisino,
escribió libros sobre arte
que Picasso declaró excelentes.
En 1968 se presentó en su casa,
en Notre-Dame-de-Vie, con dos ejemplares
del Doble ensayo sobre Picasso.
Jaqueline no lo dejó franquear la verja.
«La espera fue penosa», recordaría Palau
años más tarde. «Pablo está trabajando
—dijo Jaqueline—, no puede recibirlo»;
y le devolvía uno de los ejemplares
con un dibujo de un único trazo.
Abierto por la portadilla ahora se exhibe
en la Fundación Palau, en el Maresme,
Sin la descortesía del artista.
no existiría esa dedicatoria subrayada
por las letras: «Para mi amigo
Palau, con la amistad de P. Picasso».
–
Tramontana como Autor Anónimo
En Francia, donde se cría, le enseñan
rudimentos de la sección metálica.
Pero pasada la montaña ella prefiere
hacer de cada casa un saxofón soplado
a la vez por todos los agujeros.
Es, como Tiempo, Autor Anónimo: solamente
por sus obras conocido. Pero Tiempo es,
a diferencia, refinado: la cosa no le gusta
al punto sino de verla caída en peso propio,
curada en su derrota lenta.
En cambio Tramontana la revuelve
en su derrocamiento súbito,
y prefiere a los olivos perezosos
gritando por la copa la raíz electrizada.
En Francia, donde se cría y crece, le dijeron
—porque allá prefieren folklore a las noticias—
que atrás de la montaña hay costumbre
de marear al animal y ponerlo de rodillas.
Pero Tramontana prefiere una figura
y la aplica a todo semoviente:
simula retirada y habiéndote invitado
al juego de cosquilla inofensiva te golpea
y agrega un remolino de hojas y cenizas
alrededor de tu cabeza. Sabes que
se acerca cuando un gato bajo un auto
te mira fulminante por esta catastrophe
que solo puede ser cosa de humanos.
–
Una forma del consuelo
Se dividió de nosotros y se emancipó
hacia donde lo sereno y lo distante
son de la materia misma. Cada uno tiene
su parte de culpa. Una explicación:
se cansó de esperar a que dijéramos
por qué, teniendo casa entera,
nos habituamos a vivir en un desván.
Y sin embargo había ruido en los salones.
Empezó la era de la Envidia: no tiene fin.
No sé. O de algún modo cada uno
vino hacia sí mismo antes y se alejará
o dividirá después en una parte propia.
Se escapan las explicaciones. El arte y
la poesía toda son la forma del consuelo:
mantiene otra distancia, margen de distorsión,
como la calima en torno del arbusto.
¿Será, entonces, que no tendremos más?
–
–
–
Poesía Argentina | Extraído de Edgardo Dobry, El parasimpático, Club Editor, Barcelona, 2021 | Buenos Aires Poetry, 2021.