Amores III, XV | Ovidio

Publio Ovidio Nasón nace en Sulmona, actual Abruzzo, el 43 a.C. Es considerado por la filología un poeta-mitógrafo, dado que su poesía está repleta de referencias míticas grecolatinas, así se nos muestra en sus obras más evidentes como Las metamorfosisHeroidas y la presente Ibis, aunque la mitología nunca queda ausente del resto de su obra. Realizó estudios de retórica en Roma junto a su hermano mayor. Heredó fortunas de su padre y viajó por Atenas, Asia Menor y Sicilia, su influencia griega lo llevó a ejercitar la poesía por completo. Su vida privada, su don de elocuencia y cortejo explica su maestría y desplante evidente en el Arte de Amar y en el Remedio del Amor, obras “pedagógicas” que giran entorno al amor como «enfermedad divina del alma». El 8 d.C., tras un conflicto con César Augusto, fue exiliado a Tomis, actual Constanza, Rumania, donde escribe Tristes y Pontos. Al final de su vida escribe Ibis, poema largo considerado como una «oda-maldita». En él Ovidio desea los peores males a un enemigo anónimo, siendo coherente con su estilo: enumerando y describiendo las peores desgracias presentes en la mitología grecorromana, mostrando todas las posibilidades de la animadversión y del fracaso. Ovidio no fue perdonado de su condena, muriendo lejos de su tierra en el año 17 d.C. en edad senil.

Admirado por poetas como Ezra Pound, quien en su ABC of Reading (1934) ha escrito: Virgilio era la literatura oficial de la Edad Media, pero todo el mundo seguía leyendo a Ovidio”.

Amores III, XV

XV

Busca un nuevo poeta, madre de amorosos Amores
aquí mis elegías la última meta rozan,
las que, alumno de cultivadas tierras pelignas, compuse
(y de mí no fueron impropias mis delicias).
Si es algo, hasta bisabuelo soy viejo heredero del orden;
no hoy por militar giro me hicieron caballero.
Mantua de Virgilio se ufana, y de Catulo, Verona:
gloria a mí me dirán de la nación peligna,
a quien su libertad había obligado a luchar noblemente,
cuando Roma, angustiada, temió al aliado ejército.
Quizá algún huésped, al mirar las murallas de la húmeda
Sulmona, que pocas yugadas de llano tiene,
diga: “tú que pudiste engendrar a tan ilustre poeta,
por pequeña que seas, yo te proclamo grande”.
Niño amado y, de amado niño, madre amatusia,
de mi campamento arrancad las banderas de oro.
Cornígero Baco sonar dejó inspiración de más peso:
grandes caballos deben pisar mayor terreno.
Bien os vaya, elegíacos pacíficos y Musa amorosa,
quedará, tras mi muerte, sobreviviente mi obra.

XV

Quaere novum vatem, tenerorum mater Amorum!
raditur haec elegis ultima meta meis;
quos ego conposui, Paeligni ruris alumnus,
(nec me deliciae dedecuere meae)
si quid id est, usque a proavīs vetus ordinis heres,
non modo militiae turbine factus eques.
Mantua Vergilio, gaudet Verona Catullo;
Paelignae dicar gloria gentis ego,
quam sua libertas ad honesta coegerat arma,
cum timuit socias anxia Roma manus.
atque aliquis spectans hospes Sulmonis aquosi
moenia, quae campi iugera pauca tenent,
‘Quae tantum’ dicet ‘potuistis ferre poetam,
quantulacumque estis, vos ego magna voco.’
Culte puer puerique parens Amathusia culti.
aurea de campo vellete signa meo!
corniger increpuit thyrso graviore Lyaeus:
pulsanda est magnis area maior equis.
inbelles elegi, genialis Musa, valete,
post mea mansurum fata superstes opus.


Extraído de Ovidio Nasón, Publio. Amorum libri tres = Amores. Versión rítmica, notas e índice de José Quiñones Melgoza, México : UNAM, 2018, pp. 92-93 | Poesía Latina | Buenos Aires Poetry 2022 | Bridgeman Images